Kurmasana o postura de la tortuga, es un asana perteneciente a la serie primaria de Ashtanga Yoga y, como muchas otras, es una de esas posturas que pensé que pasarían un par de años antes de llevarla a cabo y resulta que de un momento a otro, en una sesión de Mysore, simplemente la hice.
Y es por esa razón que me sale del corazón escribir un poco sobre este asana, de qué va física y energéticamente y cómo la he experimentado y sentido yo durante mi práctica personal.
En sánscrito, »Kurma» significa tortuga y es el nombre del segundo avatar (encarnación) del dios Vishnú para la cultura védico-hinduísta. La forma de este asana asemeja al momento en que una tortuga repliega cabeza y miembros dentro de su caparazón para protegerse de una amenaza.
La tortuga: Lo físico
Desde el punto de vista físico y anatómico, la postura de la tortuga es un asana relativamente avanzada y que requiere de ciertas aptitudes previas a su realización en su variante completa.
Como se observa en la siguiente fotografía, en Kurmasana hay separación de ambas piernas, un acercamiento del abdomen, torso y cabeza al suelo entre ellas y la extensión de los brazos hacia atrás por debajo de las piernas.

Anatómicamente, este asana trata sobre la flexión y rotación externa de ambas articulaciones de la cadera y la importantísima extensión de ambas articulaciones de los hombros y codos por debajo de las piernas, también extendidas a nivel de ambas articulaciones de las rodillas; por otro lado, la columna vertebral, en sus partes dorsal y lumbar, se encuentra en flexión, mientras que la cervical se encuentra extendida.
La primera vez que realicé la variante completa de Kurmasana, lo primero que pensé fue »wow, la hice» e inmediatamente después »¿y ahora cómo salgo de aquí?» seguido de cierto temor, sobre todo por la posición de los brazos y hombros.
Inmunerables beneficios
Algunos de los beneficios físicos que brinda es precisamente el fortalecimiento de músculos y articulaciones de hombros y caderas; igualmente, fortalece la columna vertebral y estimula la peristalsis intestinal, por lo que favorece la digestión y evita el estreñimiento.
Además, expande la capacidad pulmonar y, a través de la estimulación de fibras nerviosas del plexo sacro, activa el Sistema Nervioso Parasimpático, el cual promueve la relajación del cuerpo, así como disminución de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
La realización de este asana no sólo requiere un trabajo importante de flexibilidad a nivel de músculos flexores y abductores de las caderas, así como músculos isquiotibiales, sino también flexibilidad en músculos extensores de los hombros. Por lo que es un asana, como todas, que debe realizarse con sumo cuidado y mucha consciencia, siempre bajo la directriz de un instructor o maestro de Yoga.
Kurmasana: La parte energética
Como mencioné al inicio, la forma de la postura de la tortuga asemeja a dicho animalito introduciendo cabeza y miembros dentro de su caparazón para protegerse.
En Kurmasana se accede al terreno de Pratyahara, una de las ocho ramas del Ashtanga Yoga, muchas veces llamada la más importante de todas.
En sánscrito, Pratyahara significa »aumento del control sobre estímulos externos» y básicamente se trata de dominar, controlar, abandonar o retirarse de las impresiones e información que recibimos a través de los sentidos mediante diversas prácticas, con el fin de liberar la mente de dichos estímulos.
Precisamente, Pratyahara se ha comparado con una tortuga que se recluye en su caparazón, siendo éste la mente y los miembros de la tortuga siendo los sentidos.
A través de la realización de Kurmasana o postura de la tortuga y a través de los aspectos anatómicos ya mencionados, el practicante puede acceder a su espacio interno, retirándose pacífica y suavemente del enfoque en sus sentidos mediante un proceso de profunda internalización y desapego del mundo exterior.
Definitivamente, Kurmasana o postura de la tortuga es una asana cuyos beneficios y particularidades son innumerables y sin duda ¡se ha robado mi atención!
Espero hayas disfrutado de estas líneas y te sirvan de inspiración para ir más profundo en tus estudios y percepción de la práctica del Yoga y la vida.
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Por ahora me despido.
Namasté.